martes, 9 de marzo de 2010

Mi primer y único encuentro con la Guardia Civil


Como cada tarde después de comer, me dirigí a casa de mi amigo Rafael Saco Bejarano, para irnos a entrenar al cerro de la golondrina, en el corralón,que tenía el Parroco de San Lorenzo, donde nosotros pasabamos largas horas de entrenamiento, pensando en la Gloria que nos esperaba. En aquel corralón teniamos un carretón, un par de cuernos, una muleta hecha por nosotros mismos y un capote de verdad, viejo, muy cosido y desteñido, al que nosotros enviadabamos, porque él si se habia puesto ya "delante" y nosotros solamente con la imaginación. Aquel capote nos habia costado 100 pesetas. que pagamos a cinco duros semanales durante cuatro semanas, no recuerdo a quien se lo compramos, pero creo recordar que a un carnicero de la plaza de San Agustin. Como dije antes, llegué a casa de Rafael Saco y este me dijo: ¿sabes que hay un tentadero en Villalobillos?, No, le conttesté.


¿Quieres que vayamos?. -Pero ¿nos dará tiempo?. ¿A que distancia está?


A unos dieciocho kilometros creo, pero una vez que salgamos de Córdoba, alguien nos podrá llevar hasta allí.


dicho y hecho, preparamos nuestro atillo, con el capote, la muleta y una vara que nos hacia de ayuda. y desde la plaza de San Lorenzo, emprendimos cuestro caminar, hacia las Tedillas, desde alli a los Jardines de la Victoria, tomamos medina Azahara y al final, pasamos el puente del Viaducto. y ya entramos en el Barrio de la Electromecanicas.


Nosotros Hablabamos de nuestras cosas, ¿Tendriamos suerte?, ¿Nos dejaran entrar?. con estas conversaciones, ahogabanos un nerviosismo que nos iba apretando en el estomago. Y si nos dicen que sí, ¿que haremos?, ninguno de los dos nos habiamos puesto todavia delante de una vaca o una becerra.


En estas distracciones estabamos, cuando oimos que desde el Cuartel de la Guardia Civil, nos daban voces, para que nos acercasemos, en nuestra ingenuidad, tranquilamente nos dirigimos hacia la entrada del mismo, donde Un sargento y un guardia nos esperaban.


- ¿A donde vais? preguntó el sargento Ortega, que así se llamaba el Suboficial.


-Mire Vd., vamos a Villalobillos que nos han dicho que hay un tentadero.


- A Villalobillos o ¿al "cercado de las Pitas"?.


- Y ¿donde teneis la invitación para el tentadero?.


- No tenemos, vamos a ver si nos dejan torear.


- Aver que teneis en el atillo, sacando nuestro querido capote dijo "Que bien le va a venir a mi mujer para limpiar las ventanas".


- Pues hasta que no traigais una invitción o una carta deldueño de la ganaderia, no os devolveré el capote. Asi, que marcharos y dar gracias que hoy me habeis pillado de buenas.


Asi fué como nos quedamos sin capote, para entrenar, tiempo despues nos enteramos que de verdad habiamos tenido suerte, ya que el tal Sargento Ortega, no era ni mas ni menos, que aquel terrible "Cabo de la Magdalena" de tan triste historia en Córdoba y desprestigio para el Cuerpo al que pertenecia, y el haber escapado sin un par de bofetadas, ya era todo un triunfo.












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