sábado, 12 de noviembre de 2011

FESTIVAL DE LORCA: SIN VERGÜENZA TORERA / Por Bocanegra


SIN VERGÜENZA TORERA

Por Bocanegra

Madrid, 07/11/2011
Como al militar el valor, al matador de toros se le presupone vergüenza torera, una distinción que supuestamente los toreros llevan adherida al carácter. Saben que frente al toro no pueden perderla porque defraudarían al público. Y fuera de la plaza, ese rasgo torero se identifica con un comportamiento honorable que engloba el cumplimiento de la palabra dada. 

Sin embargo, por lo sucedido en la ciudad de Lorca, Murcia, algunos toreros demuestran que de vergüenza torera andan cortitos y, como además ya están retirados, va a ser difícil que recarguen esa batería fuera de los ruedos pero la sede de Cultura, a la que han sido trasladados desde Interior, es sitio idóneo para adquirir compostura y urbanidad. 

Resulta que, como este año no ha habido feria taurina en Lorca porque la plaza presenta un estado ruinoso después del terremoto del pasado mes de mayo, el Club Taurino de la ciudad puso en marcha la iniciativa de organizar una jornada solidaria el domingo 30 de octubre. Para darle lustre a la cadena de actos culturales que se cerraba con un festival benéfico para la Mesa Solidaria a favor de los damnificados por el seísmo, los miembros del Club invitaron a un grupo de toreros veteranos. 

La invitación incluía habitación de hotel y gastos pagados. Aceptaron veintitrés pero los días previos a la cita, arguyendo distintos motivos, unos cuantos excusaron su presencia por teléfono. El resto dio la callada por respuesta y ni siquiera atendieron las llamadas de los organizadores cuando trataron de informarse si finalmente iban a contar con su asistencia. 

A los desaprensivos toreros les importó poco incumplir la palabra dada, dejar colgados a los miembros del Club Taurino Lorquino y desairaron a los aficionados que esperaban verlos en la Ciudad del Sol. A eso, en cualquier comunidad autónoma de España –posiblemente también en Cataluña--, se le llama hacer una faena muy fea merecedora de bronca e improperios 

Hace unos años, en el transcurso de una novillada en Madrid, ante la pasividad y abulia evidenciadas por la terna de jóvenes espadas un taurino espetó: “No quieren ser toreros”. Los invitados no presentados en Lorca, que llegaron a matadores de toros y algunos de importancia, con su censurable comportamiento han demostrado que, en sociedad, no quieren ejercer de tales. Claro que si se debe a que han perdido la vergüenza, es comprensible. 

Y así se refleja en el acreditado programa taurino de TVE “Tendido Cero”. Total, que referidos ganaderos, toreros retirados y en activo, invitados por la entusiasta y sufrida organización de un festival de apoyo y solidaridad a los damnificados de la tragedia lorquina, tras confirmar su asistencia y asegurarles confortable estancia y protagonismo protocolario, la mayoría dio su espantá por respuesta, y peor aún, el cabeza de cartel también. 

A Francisco Ruiz Miguel se le llamó para que formara parte del elenco de personalidades de prestigio, pero el hombre, con su conocida y desmedida afición y generosidad, se empeñó en que tenía que torear y gratis, que si pisaba el albero no sería para saludar al público lorquino sino que vestido de corto campero ofrecería ante el bovino su mejor repertorio para mayor gloria del festejo. Cómo lo pediría el de la Isla que al organizador se enterneció el corazón ante tan vehemente y desinteresado gesto y dio lugar a que comunicara a su amigo José Pedro Prados El Fundi ya no podían contar con su benefactor concurso. De modo que se cierra el festival y así se anuncia con Ruiz Miguel a la cabeza, seguido de los matadores Rafaelillo, Antonio Ferrera, Curro Díaz, Paco Ureña y el novillero Miguel Ángel Moreno, para que al final se descuelgue el torero gaditano en la víspera de la fecha anunciada. 

¿A qué se debió la sustitución de Ruiz Miguel por el bueno de Dávila Miura? bien los saben en Lorca y bien lo han padecido los esforzados y altruistas organizadores sonrojados por las exigencias económicas del, en otro tiempo, admirado matador, que no se conforma con el pucherete de la televisión andaluza en su papel de palmero y vocero de las tropelías de los espectáculos que ofrecen desde el histrionismo depredador de los valores de la fiesta, sino que además tiene que probar en Lorca a dar un toque. Y claro, en la ciudad arrasada por el seísmo no están para dar mucho, ni para que le saquen los colores una vieja gloria del toreo. ¿Que ni un duro....? Pues no toreo, mejor me voy a Quito a matar un becerro, ¡qué digo matar! solo a torear un becerro en otro festival benéfico -sobre todos para la empresa y los toreros- y allá que se va dimitir de su condición de matador de toros pero, eso sí, llevao, comío, traío.....y cobrao

Esto es lo que hay.....